La fiesta de Pentecostés es distinta para cristiano y judíos; para la Iglesia significa que Jesús cumple la promesa: el Espíritu Santo se derrama sobre los corazones de los discípulos y les da la fuerza necesaria para predicar la palabra de Dios.
El Concilio Vaticano II fue muy importante para la Iglesia porque se renovaron los valores antiguos y se les dio otro nombre: "Pueblo de Dios". La Iglesia trabaja internamente y exteriormente para mejorar el mundo en el que vivimos.
Dimos dos tipos de sacramentos: el de la confrmación y el del orden sacerdotal.
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